Cada
vez que me mudo me doy cuenta que lo que más me estresa son la cantidad de
decisiones que hay que tomar. La primera y más importante es encontrar el nuevo
hogar, pero hay muchas otras que vamos tomando antes de mudarnos, casi sin
darnos cuenta y cada una de ellas tiene su importancia, su peso. ¿Qué cosas
tiramos, cuáles regalamos, cuáles ya no queremos llevar más de mudanza en
mudanza? ¿Qué historias queremos olvidar? ¿Con qué muebles u objetos de nuestro
pasado nos queremos quedar? ¿Y si nos arrepentimos de haber dejado de lado tal
o cual florero, bandeja, mesa? Y una vez que nos quedamos con lo que nos gusta
tenemos que ver si algo de eso combina entre sí o si es un caos visual. Luego,
ver qué nuevas cosas necesitamos para darle toques más modernos a nuestros
antiguos muebles, para evitar comprar todo de nuevo. Y ahí visitamos bazares,
buscamos géneros para retapizar sillones, elegimos alguna nueva alfombra, vemos acolchados y almohadones, cortinas de baño y hasta tazas para el desayuno.
Comencé
la búsqueda hace poco y sé que me va a llevar algunos meses hallar mi nuevo
departamento. Si me preguntan qué busco, de qué dimensiones, en qué ubicación y
con qué orientación puedo responderles muy segura de mí misma una cantidad de números
y cifras, pero en verdad lo que busco es un sentimiento. El mismo que tuve las
otras veces que me mudé. Es llegar a ese nuevo lugar y sentirlo mío. Sin
motivo. Sin tanta lógica ni razonamiento. Por supuesto estoy limitada por un cierto monto y ubicación, pero también lo estuve otras veces y siempre hallé el lugar
perfecto para mí. Sé que hay un hogar ideal para cada uno; es ese en el que
no nos importa nada, lo deseamos, es ahí. Guardamos la cinta métrica y las
preguntas obvias. Es ahí, es ahí y de alguna forma será nuestro.
Ese
sentimiento todavía no lo volví a tener, por eso sigo buscando. Un living que
sea cómodo, rústico y lo suficientemente grande para dar clases grupales de
inglés, donde tengamos lugar para actuar y ver DVDs y hacer karaoke con mis
alumnos. Y que los fines de semana se convierta en el lugar que agrupe amigos,
música, baile y juegos. O silencio, romance y pareja. O todo junto.
Ese
lugar donde pueda crear, escribir, soñar y ser. Sé que estás por alguna parte.
Ya te voy a encontrar y vos también vas a ser feliz conmigo. Aunque al
principio no todo combine y vayamos juntos creando nuestras propias anécdotas.
Tengo
una corazonada…llegarás con la primavera…y estrenaré rosas en el florero para
celebrar nuestro amor.
www.shabbychic.com
Tu casa llegará con la Primavera y será florida y la adornarás con el mismo gusto y sentimiento con que elegís las palabras con que escribís. En tu búsqueda te acompañará y guiará quien siempre está con vos y te guarda en la palma de su mano.
ResponderEliminarMe hiciste emocionar, gracias!
ResponderEliminarGenial el texto. Me encantó!
ResponderEliminarSaludos!
Gracias, César :)
ResponderEliminarTu casa ya llegó. Creelo es así amiga. Dios lo tiene guardado para vos y te lo va a dar cuando sea el moment perfecto.
ResponderEliminarGracias, hermosa! Qué lindo verte por acá:)
EliminarHERMOSO !!!!!
ResponderEliminar