domingo, 14 de octubre de 2012

Bonjour Paris



Amo los colores de Bonjour Paris: turquesa, blanco y oro; lujosa combinación que logra darle el toque de realeza francesa a esta casa de té situada en Recoleta. La flor de lis como protagonista y la toile de jouy (típico género francés) completan la fantasía ¿un poco redundante? No, ¡me encanta! Me atienden como una reina y eso es justo lo que quería, un día para mí, para mirar la gente pasar, comer con los ojos las delicias que alardean en las otras mesas, saltar con la mirada como ávida langosta: rojel, scons, cookies, budines, macarrons (alfajorcitos franceses con glaseado arriba, muy María Antonieta). Sé que debería probar al menos uno pero tengo antojo de lemon pie y eso es lo que pido.

En mi interior hay ebullición donde debería haber paz, la contradicción aumenta cuando pienso en nosotros. ¿Te suelto la mano, te dejo ir? Con cada bocado de la torta - deliciosa por cierto - voy cambiando de opinión. Hoy me pedí un té inglés, no quiero que otros sabores se mezclen con el del limón, quiero sentir ese gusto cítrico mezclado con el dulzor del merengue italiano. Y que el té acompañe en silencio, desde el fondo, sumiso, adaptable, un extra en el reparto.

“Quisiera verte siempre o no verte nunca más.” Leo esa frase en la revista que tengo en la mano y me suena a ultimátum, a blanco o negro, a decisión. Hay momentos en que hay que decidir, ¿pero qué pasa cuando ambos somos los indecisos? Todo está confuso, no puedo pensar con coherencia, de a ratos quiero verte. ¿Una vez más y listo? ¿Dos? ¿Siempre? No lo sé, tal vez sea el momento para dejar fluir, para no pensar, el momento del “vamos viendo”. Pero es que cuando nos vemos la conexión es innegable, nos sentimos tan cercanos, nos entendemos tan bien, compartimos tantos gustos en común. Tenemos la misma sensibilidad, sucumbimos ante los mismos detalles que vos bautizaste como "cositas."

Suena mi celular. Es otra mano que quiere tomar la mía. Pero a mí no me gusta mezclar historias. Necesito cerrar una para poder empezar otra. Como me pasa con los libros. Leo de a uno. Tengo amigas que tienen dos o tres libros en la mesa de luz y van leyendo las tres historias a la vez. ¿Será esa la manera? ¿Estará él leyendo varios libros junto con el mío? Me asaltan las dudas, me devoran y toman la decisión por mí. Atiendo el celular.